De cualquier forma, en versión tradicional o moderna, siempre es un dulce muy sencillo de hacer, aunque en esta ocasión debemos preparar el bizcocho en lugar de comprarlo, aunque el incremento de trabajo es mínimo.
Ingredientes:
Nº raciones: 3
Para el bizcocho:
- 1 huevo (tamaño L)
- 2 cs azúcar (40 gr aproximadamente)
- 2 cs harina (colmadas)
- ralladura de limón
- café, licor de café o mezcla de ambos (para emborrachar el bizcocho)
Añadimos la harina y mezclamos con una espátulas con movimientos envolventes, con cuidado para que la masa de bizcocho quede esponjosa (queda aún más esponjosa si separamos clara y yema y montamos la clara a punto de nieve; en este caso el procedimiento es el mismo, pero una vez tenemos la masa de huevo y harina añadimos la clara montada mezclando también con movimientos envolventes).
Extendemos la masa en la bandeja del horno, forrada con papel de hornear o una lámina de silicona, dando forma rectangular y una altura fina de 1/2 cm más o menos. Horneamos a unos 180ºC durante 12-15 minutos, hasta que veamos que comienzan a dorarse los bordes. Retiramos del horno y dejamos templar unos minutos, lo justo para poder manejarlo sin quemarnos.
Para la crema de mascarpone:
- 1 huevo (tamaño L)
- 125 gr queso mascarpone
- 1 cs azúcar
Separamos clara y yema y montamos la clara a punto de nieve. Reservamos.
Con las varillas eléctricas montamos la yema y el azúcar hasta estar blanquecina y esponjosa la mezcla; añadimos el queso y volvemos a batir con las varillas obteniendo una crema de queso.
Añadimos de un par de veces la clara montada a punto de nieve, mezclando con movimientos envolventes para que no se apelmace la crema resultante.
Montaje del rulo:
Una vez que se ha enfriado ligeramente el bizcocho, aunque no del todo para poder manejarlo sin que se nos rompa, lo emborrachamos con la mezcla de café y licor.
Extendemos la crema de queso por la superficie y lo enrollamos con la ayuda de la lámina de silicona o con film transparente.
Lo envolvemos en film de cocina transparente apretándolo un poco para que quede compacto y lo refrigeramos hasta el momento de comerlo para que “coja cuerpo”.
Al servirlo, espolvoreamos cacao en polvo (mejor puro) sobre una lámina de papel de horno o similar y hacemos rodar el rulo sobre le mismo para que se impregne la superficie de cacao.
Mmmmmmmmmmmmmm ¡¡que pinta!!
ResponderEliminarA ver si me atrevo a hacerlo una tarde